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martes, 10 de marzo de 2009

TEORÍA DEL CAOS, LENGUAJE Y PSICOLOGÍA

Saludos cordiales.
He tomado parte de un post de otro blog. (allí está la dirección)
Para mi fue apasionate leer, releer.
Te invito a hacer lo mismo.

TEORÍA DEL CAOS.
Psicología Social 2009-03-10
http://www.antroposmoderno.com/antro-articulo.php?id_articulo=152

La génesis de las estructuras disipativas.- ¿Es posible extender la teoría del caos al funcionamiento psíquico? ¿Qué lugar ocupan el azar y las estructuras disipativas de Prigogine en el psiquismo? Examinemos estas cuestiones tomando como ejes de referencia tres importantes orientaciones psicológicas: el psicoanálisis, la psicología genética de Piaget, y la psicología sistémica.

El psicoanálisis.- Indica Horstein que actualmente, la idea del psiquismo como un sistema cerrado con una energía constante es un punto de estancamiento en la reflexión psicoanalítica (i). Según el mismo autor, el inconsciente debe ser considerado más bien como un sistema abierto y como tal, capaz de auto-organización, desestructuración y reestructuración, lo que es posible si se lo concibe en el contexto de un circuito de retroacción (y más específicamente de retroalimentación positiva, según la terminología que venimos utilizando). "Esta retroacción cuestiona la causalidad lineal y funda la eficacia misma del trabajo analítico revelando una forma de recursividad donde el presente actúa sobre el pasado, el cual, sin embargo, condiciona la significación de lo actual. La retroacción permite pensar el advenimiento de lo nuevo en el interior de lo ya dado".
¿Qué significan estas palabras de Horstein? Lo siguiente: según el modelo de la causalidad lineal, la relación causa-efecto es unidireccional: la causa produce el efecto, pero no a la inversa. Lo pasado actúa sobre lo presente, de forma tal que lo que hoy somos, pensamos o sentimos es el producto de nuestras pasadas experiencias infantiles. O, si se quiere, ciertos procesos del pasado determinan inequívocamente el porvenir; pero sin embargo lejos han quedado aquellas épocas en que John Watson proclamaba exultante que podía modelar un niño como el adulto que el psicólogo quisiera. La retroacción viene a mostrarnos que no solamente el pasado influye sobre el presente, sino que también, de alguna manera, el presente influye sobre el pasado: en efecto, en el trabajo analítico es posible ?resignificar? el pasado, desestructurarlo para volverlo a estructurar de otra manera, como si estuviéramos desarmando un pullover y, con las mismas hebras de lana, hacer un pullover nuevo. A su vez, un pasado resignificado operaría de otra manera sobre el comportamiento actual, supuestamente en la orientación deseable y produciendo la cura.
Durante el proceso terapéutico analítico es posible verificar también mecanismos de retroalimentación negativa (bucle ABCA), como los descriptos de resistencia al cambio. Interesa destacar que esta tendencia a volver, a no cambiar es espontánea, y requiere menor cantidad de energía que iniciar el deseable cambio. Podemos pensar que el paciente que se resiste al cambio no puede contar con la suficiente reserva energética porque la que necesitaría para cambiar está siendo consumida en la resolución de un conflicto interno, por ejemplo, en el sostenimiento permanente de una defensa para contrarrestar la persistente e intensa angustia implicada en el riesgo de la liberación pulsional.
En suma: mientras el sujeto se encuentra desestructurado, está en el punto de bifurcación, donde tiene dos opciones: o intenta volver a la estructura anterior por retroalimentación negativa neutralizando la ?desviación? introducida por el analista (resistencias), o intenta reestructurarse mediante retroalimentación positiva. En esa encrucijada es altamente sensible a la influencia del entorno (a la palabra del analista) y cualquier acontecimiento que se produzca por azar entre analista y analizado, por pequeño quie sea, podrá producir efectos importantes: una breve intervención interpretativa en este momento tan sensible provocará en el mejor de los casos la formación de una nueva estructura, la instauración de un nuevo orden que podrá eventualmente justificar el alta.
Horstein declara implícitamente la importancia de ese punto de bifurcación donde el acontecimiento fortuito tendrá una importante repercusión, o no: "¿El acontecimiento azaroso puede hacer surgir nuevas posibilidades de historia, o es sólo un disfraz que forja la compulsión de repetición, apenas un pretexto para el idéntico retorno a lo ya inscripto?".
Pensar, en síntesis, el procesos terapéutico en términos de un mecanismo de realimentación positiva donde el pasado influye sobre el presente y este sobre el pasado, es volver a una idea original de Freud, pero abortada por la influencia que sobre él ejerció la termodinámica de los sistemas cerrados, a comienzos del siglo. Como termina diciendo Horstein "Freud concibió al inconciente como un sistema abierto, pero lo modeló como un sistema cerrado".
Una última consideración: en la medida en que reconozcamos la influencia de los acontecimientos aleatorios en el punto de bifurcación, deberemos aceptar que el psiquismo es el producto del determinismo y del azar al mismo tiempo, lo que entre otras cosas explica porqué la conducta del hombre no es predecible con una seguridad del ciento por ciento. Desde ya, cuando hablamos de azar seguimos la idea de Prigogine según la cual el azar no es tanto un invento nuestro para justificar nuestra ignorancia sobre las causas de las cosas, como algo que forma parte de lo real, en forma objetiva. El azar como invención aparece por ejemplo en las explicaciones que dan los mismos pacientes sobre su propia compulsión a la repetición: "¡Qué maldita suerte! ¡Siempre me tocan para casarme mujeres dominantes!" o también "Tengo la suerte en contra: me echan de todos los trabajos que consigo". En estos casos, el azar es una forma de ocultar el determinismo propio de la compulsión a la repetición, y adjudicar las desgracias a factores externos más que a factores internos.

La psicología genética de Piaget.- Si examinamos la evolución de la inteligencia según Piaget, la veremos desarrollarse en términos de desestructuraciones o pérdidas de equilibrio, que conducirán a nuevas reestructuraciones o equilibrios superiores y más sutiles.
Las estructuras cognoscitivas de Piaget, tales como el grupo práctico de los desplazamientos y, más adelante, los reticulados y otras, pueden ser comprendidas como estructuras disipativas, en la terminología de Prigogine. Las razones para trazar semejante comparación son, por lo menos, las siguientes:
a) Piaget sostiene que cuando se produce un desequilibrio, el sistema mental existente hasta entonces buscará instrumentar medidas compensatorias que, lejos de retornar al equilibrio original, intenta un nuevo equilibrio mediante la construcción de una nueva estructura sobre la base de la anterior, nueva estructura que resulta evolutivamente más adaptativa. Cada nuevo estadio viene definido por una nueva estructura, es decir representa un salto hacia una nueva estructura disipativa. El retorno al equilibrio original es lo contrario de un proceso evolutivo.
b) En el periodo de tiempo donde se verifica el desequilibrio, el psiquismo resulta ser altamente sensible a las influencias del entorno. Un niño ocupado en afianzar una nueva estructura y que aún no entró en un nuevo desequilibrio, está en un momento de acomodación, donde cualquier estímulo externo es acomodado a la nueva estructura. Pero en un momento subsiguiente, el nuevo desequilibrio producido obligará al niño a buscar estímulos, se tornará más sensible a lo que ocurre en su entorno para poder generar una nueva estructura disipativa (asimilación). La acomodación es un tiempo de consolidación de estructuras, y la asimilación es un tiempo de búsqueda de estructuras nuevas y más complejas.
c) Estos nuevos estímulos ambientales suelen ser muy insignificantes y ocurrir por azar, pero producen consecuencias importantes a los efectos de la constitución de la nueva estructura. Un bebé puede tocar por azar, mientras agita incoordinadamente sus manos, una campanilla. Mediante un efecto de realimentación positiva esta influencia crece cada vez más permitiendo la instauración de reacciones circulares secundarias, y éstas a su vez las reacciones terciarias y finalmente ellas conducirán nada menos que a la construcción de la primera estructura cognoscitiva propiamente dicha: el grupo práctico de los desplazamientos.
En suma, la inteligencia se desarrollaría para Piaget de acuerdo al circuito de retroalimentación BCDB de nuestro esquema, donde cada nuevo agente externo fortuito estimula la génesis de nuevas estructuras disipativas.

La psicología sistémica.- Probablemente es en el ámbito de la psicología y la psicoterapia sistémica donde más influencia hayan ejercido algunas conceptualizaciones de la teoría del caos, toda vez que ambas comparten un punto de inspiración común: la Teoría General de los Sistemas. Como buenas hermanas de un padre en común, la psicoterapia sistémica y la teoría del caos tienen muchos elementos afines, y no resulta insólito que el proceso terapéutico sistémico pueda ser comprendido de acuerdo al esquema de Prigogine, que hemos sintetizado en el esquema que acompaña esta nota.
Estos intentos han tenido lugar especialmente a partir de 1980. Desde esa fecha, Fred Abraham y Larry Vandervert, cofundadores de la Society for Chaos Theory in Psychology, han venido trabajando en la aplicación de los conceptos de la teoría del caos al funcionamiento del psiquismo (j). En la misma orientación se sitúa William McDown, profesor asociado de Psicología Clínica de la Universidad de Hahnemann, quien sostiene que en el psiquismo hay sistemas que parecen comportarse aleatoriamente, pero que encierran un orden oculto que, aunque podamos conocerlo, es igualmente imposible hacer predicciones exactas. Las personas se parecen mucho al clima: tienen comportamientos predictibles pero también impredictibles, y nunca se pueden descubrir todos los factores que sobre ellas actúan (j).
Estas hipótesis fueron confirmadas por otros psicólogos como Butz (j). Así por ejemplo, una persona puede encontrarse en un punto de bifurcación, donde debe optar por mantener su equilibrio homeostático original, con lo cual está postergando el caos, o bien enfrentar el caos. El terapeuta debe en estos casos propiciar el caos, acentuar la desestructuración que intenta evitar la persona en cuestión, favorecer la proliferación de circuitos de retroalimentación positiva. Y al contrario, si la persona ya se encuentra en caos, la labor terapéutica será de contención, y buscará a ayudar a la persona a encontrar un símbolo personal que actúe como guía para organización una nueva estructura.
También los cognitivistas y los neurofisiólogos están interesados en el modelo del caos. Investigadores como Paul Rapp, en Pennsylvania (j), concluyó que, a juzgar por los registros electroencefalográficos y en comparación con el estado de reposo, el cerebro se vuelve más caótico cuando comienza a resolver problemas, lo que a nuestro entender coincide con los resultados de Prigogine para la química y las investigaciones de Piaget para la psicología, en el sentido de que un estado de desequilibrio induce a las personas a buscar información en el entorno para resolver el mismo mediante una nueva estructura cognoscitiva. En ese momento, la persona se encuentra altamente sensibilizada a cualquier influencia externa que, aún siendo pequeña, provocará grandes cambios, y el psiquismo funcionará caóticamente hasta el logro del nuevo estado de equilibrio.
Linda Chamberlain, psicóloga clínica del Colorado Family Center, en Denver (j) piensa que la teoría del caos ofrece una forma de entender cómo ocurren los cambios durante la terapia familiar. En la bibliografía que hemos consultado sobre esta cuestión no hay detalles específicos, pero procuraremos dar algunos ejemplos tomados de terapeutas sistémicos clásicos y entender sus propuestas desde la teoría del caos.
El esquema que estamos presentando puede muy bien considerarse como una descripción suscinta de los procesos de cambio o de no-cambio que pueden verificarse en el ser humano individual o en las familias, tanto los que ocurren en forma espontánea como los que son inducidos terapéuticamente.
En el esquema hay dos bucles o circuitos principales: el circuito ABCA es de retroalimentación negativa, y el circuito BCDB es de retroalimentación positiva. Mediante cualquiera de ambos circuitos pueden describirse procesos sanos y procesos enfermos, de manera que no siempre un circuito positivo es sano, ni uno negativo enfermo. Además, al estar ambos bucles interconectados en el punto de bifurcación, el proceso puede evolucionar combinando secuencias de retroalimentación negativa y positiva, o viceversa, tal como se ve en terapia familiar sistémica.
Watzlawick (k) y su equipo de Palo Alto, California, hablan de dos tipos de cambio verificables en un contexto terapéutico: los cambios-1 y los cambios-2.
Los cambios-1 (bucle ABCA), no modifican la estructura del sistema ni de su funcionamiento cibernético, y consiguientemente hacen que el problema original persista e incluso se agrave. Los cambios-1 nacen de la misma lógica que generó el problema, y frecuentemente consiste en hacer exactamente lo contrario: si el problema son los atracones de comida de una bulímica, el cambio consistirá en hacer a continuación una dieta estricta y no volver a comer hasta el otro día. De alguna forma es la lógica del sentido común, que prescribe compensar una desviación con una conducta opuesta. Se trata, evidentemente, de un mecanismo de retroalimentación negativa, que busca neutralizar las desviaciones sintomáticas.
El bucle ABCA es característico de los comportamientos de resistencia al cambio, ya que por definición, la retroalimentación negativa busca retornar a una situación original, lo que permite a la bulímica volver a reiniciar su ciclo intempestivo de comidas.
Los cambios-2 (bucle BCDB), en contraste, afectan los parámetros mismos del sistema, cambian la estructura y recurren a soluciones que contradicen el sentido común. Así, las intervenciones paradójicas en vez de sugerir a la bulímica que haga una dieta estricta, le sugiere que no haga dieta, o que siga comiendo, o que coma solo un poco menos, etc, es decir, se busca amplificar la desviación mediante una retroalimentación positiva. Aunque discutidas, se supone que tales intervenciones pueden producir cambios-2 en cortos periodos de tiempo. La escuela interaccional de Palo Alto plantea que estos cambios, se supone deben ir acompañados de una reestructuración cognitiva: la prescripción paradójica debe ser comunicada a la familia de la paciente bulímica en su propio lenguaje, apelando a su propio modo de conceptualizar la realidad, lo que obviamente exige cierta capacidad de adaptación del terapeuta al punto de vista familiar.
En la medida en que la familia pueda pasar del cambio-1 al cambio-2, podrá solucionar su problema eficazmente, pasaje que se ha de verificar en el punto de bifurcación, donde la intervención del terapeuta impedirá que persista el ciclo hacia A, y pueda ser desviado hacia B.
Por lo demás, en el punto de bifurcación no siempre encontramos una intervención terapéutica, y aquí van dos ejemplos: a) un acontecimiento como la muerte de un progenitor fuerza al sujeto a elegir entre dos caminos alternativos: hacia A, en cuyo caso neutralizará la pérdida negándola, y seguirá su vida normalmente sin hacer ningún duelo. Esto implica retrotraerse a la situación anterior a la muerte, para recuperar el equilibrio original; hacia D, donde el sujeto sufre una desestructuración momentánea -su vida parece caotizarse- pero puede salir de la crisis beneficiosamente reestructurado. b) el segundo ejemplo son las curaciones espontáneas, donde el sujeto (o la familia) evolucionan hacia D sin terapia alguna. Muchas veces esto es asignado al azar, pero en esta asignación suele haber un fuerte componente subjetivo: el terapeuta puede atribuír sus éxitos a sus propias maniobras terapéuticas, y los éxitos de la naturaleza (o los de algún colega), al simple azar.
La retroalimentación positiva puede ser normal o beneficiosa, por ejemplo cuando advertimos que la misma actividad del ser vivo facilita el encuentro azaroso con estímulos que lo desestructuren, alcanzando así una estructuración más compleja y más adaptativa. La vida es un continuo reequilibramiento que conduce al cambio, es decir a nuevos desequilibrios, y así sucesivamente, y en este trayecto el ser va cumpliendo su plan evolutivo. De la misma manera, una familia en terapia que se desestructure es en principio un buen indicador del proceso de curación. De aquí que una de las técnicas empleadas en terapia sistémica, sobre todo por la escuela de Minuchin y Haley, sea la desequilibración (l).
Esta consiste esencialmente en que el terapeuta fomente una alianza intensa entre él mísmo y algún sub-sistema de la familia (por ejemplo con la madre y el hijo) a los efectos de obligar a la familia a una reestructuración de sus límites (camino hacia D). De esta manera, el terapeuta crea las condiciones para que la familia del paciente esquizofrénico frene su tendencia homeostática hacia A, o tendencia hacia el no-cambio.
Pero la retroalimentación positiva puede también ser perjudicial, como cuando dos personas interactúan de tal modo que van desequilibrándose cada vez más pudiendo llegarse a una situación potencialmente peligrosa para sus respectivas integridades, como ocurre en las escaladas simétricas y complementarias descriptas por Watzlawick (m), o en los comportamientos interactivos que Bateson englobó bajo la denominación de fenómenos de cismogénesis. Es, por ejemplo, el caso de la persona que insulta a otra y esta, en vez de morigerar la situación retornando al anterior equilibrio, a su vez vuelve a insultar a su interlocutor y así sucesivamente, hasta llegar, por retroalimentación positiva, a los límites peligrosos a que hacíamos referencia.
Nos resta ver un último ejemplo donde la retroalimentación negativa pueda ser beneficiosa, ejemplo que también nos lo provee la práctica terapéutica sistémica. Una vez que una familia completó su proceso de cura, está lo suficientemente estructurada como para que cualquier estímulo desequilibrante (una muerte, una enfermedad) , no precipite una nueva crisis que se vuelva a transformar en motivo de consulta. La familia sufrirá indudablemente un desequilibrio, pero está en condiciones de neutralizar las desviaciones por retroalimentación negativa y puede retornar al estado de equilibrio (o al estado constante, como lo llama Watzlawick), es decir, a aquel estado que pudo alcanzar mediante la psicoterapia.

Caos y orden en el lenguaje.- Un análisis del lenguaje verbal como sistema cerrado y como sistema abierto permite asomarnos tímidamente a sus posibilidades de evolución predecibles e impredecibles. ¿Cómo puede ser visto el lenguaje desde la perspectiva de la teoría del caos? El ejemplo de la creación literaria y la científica.

Física y psicología.- ¿Puede la física explicar la conducta humana? De antemano no podemos responder esta pregunta, ya que todo dependerá de nuestras expectativas acerca de lo que esperamos de una explicación.
Si un colectivo frena abruptamente, el pasajero será arrojado hacia adelante. Se trata de una conducta humana, si consideramos a esta en sentido amplio como todo cambio que ocurre en una persona. Este comportamiento podrá ser explicado desde la física, más concretamente desde una de sus ramas: la dinámica de los sólidos (n), y aún más concretamente a partir del principio de inercia.
De este comportamiento no podríamos dar una explicación biológica, porque a pesar de ser una respuesta involuntaria producida por cierto estímulo, nadie diría que se trata de un reflejo. Tampoco podríamos ofrecer una explicación psicológica, salvo que nuestro hombre haya exagerado su movimiento o se haya dejado llevar por la inercia para caer justo encima de una señorita con la que quería entablar una relación.
Algunas teorías psicológicas utilizan el adjetivo ?dinámica?, como la teoría del campo de Lewin, o la teoría psicoanalítica. En estos casos, no se está haciendo alusión a fuerzas físicas, como la fuerza de la inercia o la fuerza de gravedad, sino a fuerzas psíquicas, como la motivación o las pulsiones. Las primeras actúan sobre objetos inertes, y las segundas sobre conductas que se buscan explicar desde la psicología.
Esta aclaración viene a cuento porque muestra ejemplos de teorías psicológicas que han tomado conceptos de la física, y los han transformado y adaptado a la realidad psíquica.
En esta nota vamos a explorar, un poco superficialmente, otra rama de la física y sus posibles aplicaciones en psicología: la termodinámica. Desde ya, este intento no es novedoso: cierta teoría grupal de roles (ñ), por dar un ejemplo, utiliza bastante implícitamente el primer principio de la termodinámica para describir el funcionamiento grupal en términos de procesos de locomoción y procesos de mantenimiento.
Otro ejemplo clásico es Freud: uno de los principios sobre los que descansa el psicoanálisis es el principio de constancia, basado a su vez, en los principios de la termodinámica.
Como ejemplo de fenómeno psíquico para explicar tomaremos la creación literaria, y para ello utilizaremos como marco de referencia la termodinámica, la teoría general de los sistemas y la teoría de las estructuras disipativas de Prigogine (vulgarmente llamada teoría del caos). Los tres sistemas teóricos están íntimamente relacionados: por ejemplo, la termodinámica estudia ?sistemas?, y la teoría de Prigogine es una teoría más dentro de vasto campo de la termodinámica.
Primeramente retomaremos algunas puntualizaciones sobre la aplicabilidad de la teoría del caos en psicología, luego nos referiremos al análisis del lenguaje y enseguida después, dentro de este último marco, al problema de la creación literaria.

La teoría del caos en psicología.- Sabemos que la conducta humana puede presentársenos en diversos grados como caótica y desorganizada. Tal el caso ostensible del neonato, del demente, del adolescente, pero también el adulto normal tiene momentos donde planifica actividades -por ejemplo para un fin de semana- y luego su plan no se cumple, procediendo de una manera errática y pareciendo estar regido únicamente por el principio del placer.
Frente a estos comportamientos desorganizados, la psicología ha intentado minimizar su importancia (para la teoría, no para la clínica) argumentando que detrás de ellos se esconde un orden regido por las leyes de la conducta (como el conductismo) o las leyes del inconciente (como el psicoanálisis). Es frecuente la expresión "parece un caos", con lo cual se asimila o se identifica siempre caos con apariencia. La teoría del caos viene a sugerirnos un punto de vista muy diferente: el comportamiento caótico tiene valor en sí mísmo, tiene la misma entidad, el mismo status ontológico que el orden, y nuestra actitud hacia ese caos ya no consistirá en soslayarlo intentando buscar un orden subyacente (verticalidad), sino en intentar verlo como parte de un proceso que proviene de un orden previo y que desemboca en un nuevo orden (horizontalidad). El orden ya no está debajo sino a los costados, la ?verdadera? realidad ya no es solamente el orden sino la alternancia orden-desorden, teniendo ambos polos la misma entidad. Se trata, entonces, por emplear un término de la filosofía, de hipostasiar el caos, o sea de elevarlo a la categoría de una instancia constitutiva de lo real - no de lo aparente- y por lo tanto ya no habrá de constituír un punto de partida para llegar a lo real subyacente y explicarlo desde allí, sino instituírlo como instancia explicativa (no explicada) del orden subsiguiente (y no subyacente).
Este planteo viene a oponerse en cierto sentido a nuestra tradición kantiana, según la cual seguimos considerando que somos nosotros desde nuestras ?formas de la sensibilidad? y desde nuestras ?categorías del entendimiento? quienes organizamos el mundo, cuando en realidad la organización y la desorganización de éste resultan ser independientes de un sujeto cognoscente. Se opone también al clásico principio de la uniformidad de la naturaleza, de tipo laplaceano, según el cual el mundo tiene un orden y, en cualquier caso, el desorden que percibimos no es algo constitutivo de él sino el resultado de un falencia perceptiva. ¡Los sentidos nos engañan! es la exclamación que viene resonando desde aquellos siglos cartesianos.
La teoría del caos nos habla de una secuencia orden-desorden-orden en la naturaleza. El lenguaje verbal no es la excepción, toda vez que es el resultado de nuestra actividad mental, producto a su vez del cerebro, y producto a su vez de la naturaleza.

Caos y lenguaje.- Hábito laríngeo según el conductismo, embrujador de la inteligencia para Wittgenstein, función semiótica de acuerdo a Piaget, sistema de oposiciones y diferencias según Saussure, producto de transformaciones sintácticas para Chomsky, apaciguador de la agresividad para Freud o modelo isomorfo del inconciente según Lacan, el lenguaje fue, desde los sofistas griegos hasta nuestros días, el objeto y el motivo de agudas reflexiones y perplejidades varias. Y tal vez sea mucho más lo que aún no se ha dicho.
Pero, ¿acaso tienen algo que decirnos la termodinámica y la teoría del caos acerca de la naturaleza de una de las más notables creaciones del cerebro humano, a su vez la entidad más compleja e impredecible del universo conocido? No está de más intentarlo: como dice Prigogine, las ciencias naturales y las ciencias humanas solamente tienen dos opciones: o progresan juntas, o juntas desaparecen. En este caso, obviamente, aludimos a la física y a la psicolingüística.
Sepa el lector que, para comprender lo que sigue, no está obligado a conocer abstrusas fórmulas de entropía o de energía interna: nada menos que para Einstein, la mayor parte de las ideas fundamentales de la ciencia son esencialmente sencillas. Lo son, sí, las ideas, agregamos, pero no tal vez las realidades a que ellas remiten, siendo que la claridad es apenas una ilusión útil que esconde toda la complejidad de los sucesos ?por fin? aclarados.
Organicémonos. El lenguaje humano -y, paradigmáticamente, el lenguaje verbal- puede ser concebido como un sistema cerrado o como un sistema abierto.

El lenguaje como sistema cerrado.- Sabemos que un sistema cerrado no intercambia materia, ni energía ni información con su entorno. Cuando el autor compone su texto, entrega información, y cuando el lector lo lee recibe información. Este intercambio de información hace que el lenguaje sea un sistema abierto, pero supongamos ahora que un trozo de discurso no tenga esa sublime posibilidad, debido a que poco a poco deje de recibir energía e información de su entorno.
El primer ejemplo es un discurso hablado por una persona. ¿Cómo va cambiando este texto, pongamos por caso, cada diez años? Conforme avanza el tiempo, y como consecuencia de la natural involución del sistema nervioso, ese texto va desintegrándose cada vez más, hasta constituír en el anciano, un conjunto amorfo de palabras donde los significados y la organización sintáctica se pierden cada vez más y más. Ellenguaje avanza hacia un estado de desorden cada vez más acentuado, y lo que supuestamente funciona como soporte material, esto es, la red neuronal, poco a poco y especialmente después de la muerte va convirtiéndose en materia inorgánica, y esta a su vez en polvo cósmico, si hemos de considerar que han pasado eones.
Nuestro segundo ejemplo es un texto escrito. Sus significantes son acúmulos de tinta que, si los dejamos estar sin suministro de energía o información del exterior, manteniéndolos aislados como sistemas cerrados, poco a poco evolucionarán también hacia un estado de máximo desorden, o como dicen los físicos, hacia un estado de máxima entropía: el papel que los soporta va desintegrándose con el paso del tiempo y el final es equivalente al final del lenguaje hablado abandonado a su suerte: el polvo cósmico. En un poema, J.L. Borges se preguntaba acerca de qué relación podían tener una biblioteca con el polvo estelar, y aquí la termodinámica viene a dar su propia respuesta.
Significantes y significados, aislados de su ambiente, tienen así un destino que resulta perfectamente predecible, lo que nos produce en todo caso más desazón que perplejidad: la termodinámica ya tiene previsto que los sistemas cerrados evolucionan hacia el desorden, porque no reciben del exterior el ?combustible? que les permite mantenerse organizados u organizarse aún más.
Para decir lo mismo desde otro punto de vista: considerado como sistema cerrado, el lenguaje tiende a evolucionar hacia un estado de máxima probabilidad: el estado de desorden. El punto de partida puede ser por ejemplo un estado de lengua organizado, donde cada letra no aparece por azar sino que tiene asignada una determinada probabilidad de aparición. Por ejemplo, es más probable que la siguiente letra de un texto sea una "e" y no una "z", como advirtieron los pensadores de la Teoría de la Información, con Shannon a la cabeza.
Sin embargo, en cuanto ese mismo lenguaje evoluciona (o si se prefiere, involuciona) hacia un estado de desorganizacíón cada vez mayor, ya dejan de existir razones valederas para pensar que unas letras tienen más probabilidad que otras: todas adquieren la misma probabilidad de aparecer, puesto que su distribución es al azar. Este estado de equiprobabilidad es perfectamente predecible y es, por lo demás, el estado final más probable. El lenguaje de un cerebro muy senil, por caso, es tan azaroso que cualquier letra tiene la misma probabilidad de seguir otra cualquiera.
Hasta aquí vamos extrayendo una conclusión: a medida que el lenguaje se desorganiza, se torna predecible su estado final, a saber, el máximo desorden, y al mismo tiempo y por eso mismo se tornan impredecibles las siguientes letras o palabras que aparecerán. Como decíamos, ¿acaso podemos predecir cuál es la próxima palabra que pronunciará un esquizofrénico delirando, o un sujeto con demencia senil? El lenguaje como sistema cerrado evoluciona hacia grados de impredecibilidad perfectamente predecibles. Ello ocurre porque el sistema se va ?cerrando? cada vez más, a medida que las neuronas dejan de recibir adecuadamente la energía proveniente de la glucosa, o a medida de dejan de recibir información a través de órganos sensoriales en decadencia.

El lenguaje como sistema abierto.- Si la idea del lenguaje como sistema cerrado nos producía desazón, la idea de un lenguaje como sistema abierto nos producirá mas bien perplejidad, en la medida en que, si consideramos al lenguaje como un sistema abierto, no evolucionará hacia estados predecibles sino hacia estados impredecibles, y es aquí donde podría suministrarnos respuestas plausibles la termodinámica irreversible y la teoría del caos de Ilya Prigogine.
Pero vayamos por partes, y tomemos como ejemplo la creación literaria. Según la teoría de Prigogine, los sistemas evolucionan del orden al caos, y del caos nuevamente al orden y así sucesivamente. La termodinámica prescribe que todo sistema evolucionará hacia el caos, se desorganizará y desintegrará cada vez más, a menos que reciba un aporte de energía y/o información del entorno. Si una planta no recibe la energía solar que desencadena el proceso anabólico fotosintético que la hace crecer, se termina pudriendo y desintegrando, degradándose al estado inorgánico.
En esta tendencia al caos de todo sistema existe entonces un punto de bifurcación, como lo llama Prigogine, donde el sistema tiene dos posibilidades: o bien continúa su proceso de caos progresivo y termina retornando a un estado anterior (por ejemplo el estado inorgánico), o bien ocurre por azar un acontecimiento que hará que el proceso evolucione hacia un orden creciente alcanzando un nuevo estado de equilibrio llamado estructura disipativa.
¿Cuál sería el equivalente en la investigación del lenguaje, del punto de bifurcación y de la estructura dispersiva de la que habla Prigogine? Tomemos dos ejemplos: uno de creación literaria y otro de creación científica.

a) El primero tiene que ver con un lenguaje cinematográfico, con el guión de la película "Titanic", de James Cameron, estrenada este año. En principio, hay dos posibilidades: un guión convencional y repetitivo, y un guión creativo y original.
El guión convencional hubiera consistido en narrar los hechos linealmente y en una forma casi totalmente predecible: el barco sale del puerto, luego lo vemos surcar el Atlántico, choca con un témpano, se hunde y algunos pasajeros se salvan. Mientras el guionista va pensando este argumento, se produce en su mente una especie de desorganización momentánea, de caos donde evoca imágenes diferentes, como si fuera un rompecabezas de debe armar. Poco a poco va llegando al punto de bifurcación, donde el guionista convencional encuentra una salida que implica un retorno al estado anterior: narrar los hechos tal como sucedieron, en la forma antes indicada, o los narra como también lo había hecho la película anterior. Otro guionista más creativo, al llegar al punto de bifurcación genera una nueva estructura argumental. Para generar y mantener esta estructura disipativa se requiere aporte externo de energía e información, esta última,por ejemplo, bajo la forma de imágenes alternativas que surgen de ideas personales o de ideas sugeridas por cosas que vió o leyó. La solución que dio Cameron a su película resulta original. El film no comienza con la clásica salida del puerto del Titanic, sino con un cazafortunas que busca en el barco ya hundido un supuesto tesoro escondido en una caja. Cuando la abre, no hay tal tesoro pero en su lugar hay un retrato, una foto en color sepia de una mujer joven. La siguiente imagen es esa misma mujer cuando ya es anciana, y rememora su romance a bordo del Titanic. A partir de aquí, el argumento retrocede hasta la época en que ocurrieron los hechos. Todas estas imágenes que aparecen desde el comienzo no permiten casi prever cuál será la siguiente (ni siquiera la primera imagen del cazafortunas es predecible): la estructura disipativa es un orden que no puede predecirse a partir del caos anterior. Si el día de mañana se decide hacer una nueva película sobre el tema, el nuevo guionista podrá partir de la última línea argumental, ahora clásica, y, o bien repetirla volviendo al estado anterior, o bien generando una nueva estructura disipativa, es decir, un nuevo diseño argumental.

b) El segundo ejemplo tiene que ver con la tarea que emprende quien debe escribir una monografía o una tesis. Lo primero que aparece es un estado de confusión, de caos. El texto científico aparece primero tal vez como una idea difusa, un sueño, una inspiración o incluso simplemente una simple voluntad por querer escribir algo. En esta etapa, el pensamiento se mueve erráticamente, toma y abandona ideas con facilidad, y hasta puede cambiar hasta su propósito original. Esta confusión inicial progresa hacia el punto de bifurcación, donde una posibilidad es escribir algo ya escrito (hay monografías que son simples transcripciones textuales), y otra posibilidad es, en vez de la repetición, la creación de una nueva estructura disipativa, un nuevo orden, de manera que queda una distancia entre el texto imaginado, garrapateado, corregido y finalmente publicado. Mientras tanto el texto sufre diversas correcciones. El primer lector de un autor es él mísmo, y es también su primer crítico, a veces feroz y despiadado. Un buen escritor, dijo alguien, es aquel que escribe veinte hojas y tira diez y nueve.
El resultado final es una estructura ordenada donde nada sobra ni nada falta. Un buen cuento, para Isidoro Blainstein, es como un reloj: no sobre ninguna pieza-palabra, ni tampoco falta ninguna. Es predecible un orden, pero no qué clase de orden: una misma consigna para distintos escritores, darán diferentes productos terminados. La impredecibilidad del tipo de orden al que se llega está dada por la incertidumbre o la intriga acerca de cuál será el siguiente párrafo. El escritor original busca nuevas combinaciones porque ello, al hacer más improbable, incierto o impredecible el próximo párrafo, lo hace también más informativo, según la idea de Shannon.
Aunque es más difícil, también puede estructurarse el discurso de manera que sea incierta no el próximo párrafo sino la próxima palabra, y, aún más difícil, que lo incierto sea la siguiente letra dentro de la palabra.
En síntesis, podríamos decir que desde que el sujeto incorpora las primeras letras del alfabeto hasta que termina escribiendo una tesis, va aprendiendo a administrar los recursos entrópicos del lenguaje. Si quiere un texto más creativo, aprenderá que debe consumir más energía, y si quiere ahorrarla, se transformará en un repetidor. Para ello cuenta con un patrimonio colectivo constituído por 28 letras, en el caso del castellano. Si solamente con las diferentes combinaciones de unas pocas bases cíclicas nitrogenadas del ADN se pueden generar tantos seres vivos diferentes, ¿que esperar de las 28 unidades de nuestro lenguaje?

"DEL ORDEN AL CAOS"
"DE LORD ENA LCA"OS
E"DCA DEN LO RA L S"O
E" D A C E N D O R L A S " L O
DEL"CA AL OS D E"N OR
"DEL CASOALO RDE"N
"DEL CAOS AL ORDEN"

Pablo Cazau Lic en Psicología y Prof de Enseñanza Media y Superior en Psicología
Buenos Aires, Marzo 1995

TAREA

1. Prepara un ligero comentario, con cinco (5) ideas puntuales, pueden ser literales
2. Agrega en comentario en el Blog, hasta el día sábado 14 de marzo de 2009
3. Con la técnica de Bono (colores), presenta un informe para el día lunes 16 de marzo 2009.

Buen fin de semana.
Maguita

9 comentarios:

Unknown dijo...

 Es crucial definir la teoría del caos bajo su verdadero nombre. “teoría de las estructuras disipativas de Prigogine” pues las teorías se explican en función de desequilibrio de estructuras.

 Punto de vista diferente de los comportamientos caóticos (el caos armonioso y en búsqueda de una superación de un estado inferior (Piaget). Consiste en la búsqueda de un nuevo orden a partir de explicaciones.

 Existe estados de bifurcación y que divide la acción en dos posibilidades “o bien continúa su proceso de caos progresivo y termina retornando a un estado anterior , o por azar un acontecimiento que hará que el proceso evolucione hacia un orden creciente alcanzando un nuevo estado de equilibrio llamado estructura disipativas”.

 Para la explicación de un aprendizaje nuevo la teoría del caos se une a Piaget explicando: que a partir de un desequilibrio, nace un equilibrio superior ya que se rompe una estructura (en la asimilación) y aparece otra más compleja.

 Dentro de la teoría sistémica se hace un símil de lo caótico que se pone el cerebro cuando se presenta algo nuevo, esto requiere de una búsqueda de circunstancias del entorno para poder volver al equilibrio.

Renato dijo...

*El inconsciente debe ser considerado más bien como un sistema abierto y como tal, capaz de auto-organización, desestructuración y reestructuración, lo que es posible si se lo concibe en el contexto de un circuito de retroacción

*Probablemente es en el ámbito de la psicología y la psicoterapia sistémica donde más influencia hayan ejercido algunas conceptualizaciones de la teoría del caos, toda vez que ambas comparten un punto de inspiración común: la Teoría General de los Sistemas.

*Un análisis del lenguaje verbal como sistema cerrado y como sistema abierto permite asomarnos tímidamente a sus posibilidades de evolución predecibles e impredecibles.

*La teoría del caos nos habla de una secuencia orden-desorden-orden en la naturaleza. El lenguaje verbal no es la excepción, toda vez que es el resultado de nuestra actividad mental, producto a su vez del cerebro, y producto a su vez de la naturaleza.

*Podríamos decir que desde que el sujeto incorpora las primeras letras del alfabeto hasta que termina escribiendo una tesis, va aprendiendo a administrar los recursos entrópicos del lenguaje.



Renato Gualoto Cuichan

Unknown dijo...

“La retroacción permite pensar el advenimiento de lo nuevo en el interior de lo ya dado, viene a mostrarnos que no solamente el pasado influye sobre el presente, sino que también, de alguna manera, el presente influye sobre el pasado.”

”Aceptar que el psiquismo es el producto del determinismo y del azar al mismo tiempo, lo que entre otras cosas explica porqué la conducta del hombre no es predecible con una seguridad del ciento por ciento.”

“El azar es una forma de ocultar el determinismo propio de la compulsión a la repetición, y adjudicar las desgracias a factores externos más que a factores internos”

“ Piaget sostiene que cuando se produce un desequilibrio, el sistema mental existente hasta entonces buscará instrumentar medidas compensatorias que, lejos de retornar al equilibrio original, intenta un nuevo equilibrio mediante la construcción de una nueva estructura sobre la base de la anterior, nueva estructura que resulta evolutivamente más adaptativa.
El retorno al equilibrio original es lo contrario de un proceso evolutivo.”

”La teoría del caos nos habla de una secuencia orden-desorden-orden en la naturaleza.
Un estado de desequilibrio induce a las personas a buscar información en el entorno para resolver el mismo mediante una nueva estructura cognoscitiva.”


“A medida que el lenguaje se desorganiza, se torna predecible su estado final, a saber, el máximo desorden, y al mismo tiempo y por eso mismo se tornan impredecibles las siguientes letras o palabras que aparecerán.”

Unknown dijo...

Mis 5 ideas puntuales han sido copiadas literalmente:

1. En la medida en que reconozcamos la influencia de los acontecimientos aleatorios en el punto de bifurcación, deberemos aceptar que el psiquismo es el producto del determinismo y del azar al mismo tiempo
2. La vida es un continuo reequilibramiento que conduce al cambio, es decir a nuevos desequilibrios, y así sucesivamente, y en este trayecto el ser va cumpliendo su plan evolutivo.
3. El comportamiento caótico tiene valor en sí mismo, tiene la misma entidad, el mismo status ontológico que el orden, y nuestra actitud hacia ese caos ya no consistirá en soslayarlo intentando buscar un orden subyacente (verticalidad), sino en intentar verlo como parte de un proceso que proviene de un orden previo y que desemboca en un nuevo orden (horizontalidad).
4. Las ciencias naturales y las ciencias humanas solamente tienen dos opciones: o progresan juntas, o juntas desaparecen.
5. El sujeto incorpora las primeras letras del alfabeto hasta que termina escribiendo una tesis, va aprendiendo a administrar los recursos entrópicos del lenguaje. Si quiere un texto más creativo, aprenderá que debe consumir más energía, y si quiere ahorrarla, se transformará en un repetidor.

nico gonzalez dijo...

hola lei el articulo de la pagina original y agregue un parrafo que esta un poco antes de lo que esta en el blog porque me parecio importante, no recorte mas los parrafos-ideas porque me parecia que le quitaba sentido...


1. "El progreso científico, para Prigogine, depende mas bien de la colaboración entre las ciencias que estudian la naturaleza y las ciencias del hombre. A pesar de ser tan diferentes en otros aspectos, Thom y Prigogine coinciden en algo: se oponen a la fragmentación del conocimiento, y dicen que las ciencias exactas y las humanas están condenadas a progresar juntas, o bien a perecer juntas. Para Prigogine, la clásica ruptura entre ambos grupos de disciplinas obedece a que las ciencias humanas relatan acontecimientos y las exactas buscan leyes eternas, pero con la nueva ciencia del caos, esta oposición desaparece porque los fenómenos físicos también tienen historia, y por ende no obedecen a leyes inmutables"


2. “el inconciente debe ser considerado mas bien como un sistema abierto y como tal, capaz de autorooganización, desestructuración y reestructuración, lo que es posible si se lo concibe en el contexto de un circuito de retroacción (y más específicamente de retroalimentación positiva, según la terminología que venimos utilizando). "Esta retroacción cuestiona la causalidad lineal y funda la eficacia misma del trabajo analítico revelando una forma de recursividad donde el presente actúa sobre el pasado, el cual, sin embargo, condiciona la significación de lo actual.”

3. “Piaget sostiene que cuando se produce un desequilibrio, el sistema mental existente hasta entonces buscará instrumentar medidas compensatorias que, lejos de retornar al equilibrio original, intenta un nuevo equilibrio mediante la construcción de una nueva estructura sobre la base de la anterior, nueva estructura que resulta evolutivamente más adaptativa”

4. “…una persona puede encontrarse en un punto de bifurcación, donde debe optar por mantener su equilibrio homeostático original, con lo cual está postergando el caos, o bien enfrentar el caos. El terapeuta debe en estos casos propiciar el caos, acentuar la desestructuración que intenta evitar la persona en cuestión, favorecer la proliferación de circuitos de retroalimentación positiva”

5. “El lenguaje como sistema cerrado.- Sabemos que un sistema cerrado no intercambia materia, ni energía ni información con su entorno. Cuando el autor compone su texto, entrega información, y cuando el lector lo lee recibe información. Este intercambio de información hace que el lenguaje sea un sistema abierto, pero supongamos ahora que un trozo de discurso no tenga esa sublime posibilidad, debido a que poco a poco deje de recibir energía e información de su entorno.”

LADY ACOSTA dijo...

Hola Magui
Le pido mil disculpas,por enviar tarde el comentario.
Mis ideas:
- El inconsciente debe ser considerado más bien como un sistema abierto y como tal capaz de auto-organización, desestructuración y reestructuración.
-Lo pasado actua sobre lo presente de forma tal que lo que hoy somos pensamos o sentimos es el producto d nuestras pasadas experiencias infantiles.
- El análisis del lenguaje verbal como sistema cerrado y sistema abierto permite asomarnos timidamente a sus posibilidades de evolución predecibles e impredecibles.
- Significantes y significado aislados de su ambiente tienen asi un destino que resulta perfectamente predecible lo que nos produce en todo caso mas desazon que perplejidad.
- Al caos de todo sistema existe entonces un punto de bifurcación como lo llama Prigogile donde el sistema tiene dos posibilidades o bien continua su proceso de caos progresivo y termina retornando a un estado anterior o bien ocurre por azar un acontecimiento que hará que el proceso evolucione hacia un orden creciente alcanzando un nuevo estado de equilibrio llamado estructura disipativa.

Colectivo Ronda Popular - Observatorio Psico Social dijo...

SERGIO ALEJANDRO CARRILLO ROSERO

mis sinco ideas principales con textuales:

Sobre el psicoanalisis:
el inconsciente debe ser considerado más bien como un sistema abierto y como tal, capaz de auto-organización, desestructuración y reestructuración, lo que es posible.

Sobre la psicologia de Piaget:
En el periodo de tiempo donde se verifica el desequilibrio, el psiquismo resulta ser altamente sensible a las influencias del entorno

Sobre la terpia sistemica:
una persona puede encontrarse en un punto de bifurcación, donde debe optar por mantener su equilibrio homeostático original, con lo cual está postergando el caos, o bien enfrentar el caos. El terapeuta debe en estos casos propiciar el caos, acentuar la desestructuración que intenta evitar la persona en cuestión, favorecer la proliferación de circuitos de retroalimentación positiva

el comportamiento no puesde ser predecido no se intenta hacer una comprension del ser humano, se intenta hacer una psicologia que tomo en cuenta subjetividades
Frente a estos comportamientos desorganizados, la psicología ha intentado minimizar su importancia (para la teoría, no para la clínica) argumentando que detrás de ellos se esconde un orden regido por las leyes de la conducta (como el conductismo) o las leyes del inconciente (como el psicoanálisis). Es frecuente la expresión "parece un caos", con lo cual se asimila o se identifica siempre caos con apariencia.

consideramos al lenguaje como un sistema abierto, no evolucionará hacia estados predecibles sino hacia estados impredecibles, y es aquí donde podría suministrarnos respuestas plausibles la termodinámica irreversible y la teoría del caos de Ilya Prigogine.

Josueth Aguilar P. dijo...

La teoría del caos nos habla de una secuencia orden-desorden-orden en la naturaleza. Lo que viene a tomar vital relevancia en adelante es el proceso de resignificación en lo referente a la toma de conciencia de situaciones paradas y futuras con el fin de producir una cura en la situación actual

También en el caso de la teoría del caos el azar tiene un papel importante en el tema de la conducta ya que explica el por que esta no es predecible y no se la puede asegurar en su totalidad, por razones en donde el azar es una forma de ocultar el determinismo propio del los sujetos.

En el caso del desorden o del caos anteriormente citado, en el caso de producirse un desequilibrio, el sistema mental buscará tomar medidas compensatorias, pero tomando en cuenta el cambio producido desde ese momento ya que este cambio ya mencionado evoluciona o trasciende a una nueva forma de orden o de equilibrio, mediante la construcción de una nueva estructura, tomando en cuenta que enta nueva estructura que se ha acentuado sobre la deconstrucción de una anterior es evolutivamente mas adaptativa.

De igual forma tomando en cuenta los aportes del cognoscitivismo en el caso del desequilibrio y su búsqueda a un equilibrio asentado sobre bases nuevas ya que el sujeto buscara por medio de su razonamiento ir en busca de información en el entorno para resolver el conflicto.

Según la corriente de pensamiento sistémica, esta sostiene que en el psiquismo hay sistemas que parecen comportarse aleatoriamente, pero que encierran un orden oculto que, aunque podamos conocerlo, es igualmente imposible hacer predicciones exactas.

Jessica Villamar dijo...

Hola Magui,

* El inconsciente es más que un sistema cerrado, un sistema abierto que permite una estructurar y desestructurar los pensamientos recuerdos, ideas siempre y cuando se lo permita el circuito de retroacción

* El análisis del lenguaje no verbal es un sistema abierto que nos permite la interrelación y evolución a nivel social como algo predecible e impredecible, debido a la diversidad de compresión y poder analítico, que posee cada persona, es por esto es el lenguaje no verbal se vuelve algo poco complejo y magnifico.

*A medida que el lenguaje se desorganiza, se torna predecible su estado final, a saber, el máximo desorden, y al mismo tiempo y por eso mismo se tornan impredecibles las siguientes letras o palabras que aparecerán.

*La teoría del caos es una secuencia orden-desorden-orden general, desde que sujeto escribe una palabra simple hasta crear y componer varias novelas artículos, libros, etc., ya que aprende a administrar los recursos de forma favorable para el y los demás

*Piaget sostiene que cuando se produce un desequilibrio, el sistema mental existente hasta entonces buscará instrumentar medidas compensatorias que, lejos de retornar al equilibrio original, intenta un nuevo equilibrio mediante la construcción de una nueva estructura sobre la base de la anterior, nueva estructura que resulta evolutivamente más adaptativa